Comer pescado ecológico suele ser sinónimo de calidad siempre que este producto alimenticio sea realmente ecológico. Recuerda asegurarte de ello. Veamos cómo hacerlo.
Cómo saber que comes pescado ecológico
Por desgracia, todavía hoy existe mucha trampa en el asunto de comer pescado ecológico. El salvaje, por ejemplo, no puede tener esta consideración.
Para que un pescado pueda ser considerado ecológico, debería cumplir con estas reglas:
- Certificación: la certificación ecológica es la que más importa. Se supone que ese producto ha pasado por severos controles desde que fue alevín hasta que llega al supermercado y de ahí a tu mesa.
- Producción sostenible: es básico que haya pasado por un sistema de cría y producción sostenible y totalmente respetuoso con el medio ambiente.
- Controles: igualmente ha de superar férreos controles de seguridad alimentaria, de ahí que no siempre el pescado salvaje pueda ser considerado ecológico.
- Compromiso: las piscifactorías deben firmar un compromiso completo con el bienestar de los peces de cría y su propia salud. Lo ideal es que la densidad por jaula no sea muy elevada.
- Equilibrio: la alimentación que reciben estos peces ha de ser equilibrada y controlada. Para ello, se usan piensos ecológicos certificados y especiales que no incluyen harinas cárnicas ni tipo alguno de organismo genéticamente modificado. En su composición solo habrá vegetal de cultivo ecológico y harina de pescado certificada y sostenible.
- Frescura: obviamente, si cumple estas normas, hablamos de un producto de gran calidad que confiere una frescura excelente a tus platos.
Estas son las normas que todos los pescados ecológicos deben cumplimentar para recibir esta certificación y calificación. Infórmate al respecto para saber qué estás consumiendo.
Recuerda, el pescado salvaje no suele ser considerado ecológico pese a que no se alimente de piensos cárnicos y genéticamente modificados. No olvides la diferenciación si de verdad quieres producto 100% ecológico.
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