La reducción de conservantes en los alimentos es un tema que conlleva mucha polémica. Sin embargo, es cierto que aunque hay quienes defienden su uso, no son tan positivos como se piensa.
Historia de los conservantes en la alimentación
Muchos defensores del uso excesivo de los conservantes en la alimentación se defienden diciendo que es algo que se usa desde hace siglos. Esto es realmente cierto. En el mismo momento en que el ser humano usó la sal para que los productos fueran más perecederos, estaban añadiendo estos elementos.
Sin embargo, hay una parte que tal vez obvien. Y es que el uso de la sal en la antigüedad contenía buen número de impurezas como los nitratos y los nitritos. Si bien contribuían al conservado del alimento, también es cierto que:
- No solo participa en el sabor y aroma, también altera el desarrollo natural del producto y puede provocar la aparición de bacterias patógenas.
- Los nitratos y nitritos participan en la formación de compuestos tóxicos. Uno de los más peligrosos son las N-nitrosaminas.
¿Por qué es importante la reducción de conservantes en los alimentos?
Queda claro que la reducción de conservantes en los alimentos es necesaria por pura salud. Si bien los productos pueden durar más tiempo en un estante, con buen color y aroma, también se da el caso de que son menos sanos y más tóxicos a la hora del consumo.
No es por tanto extraño que hace unos años las propias autoridades sanitarias legislaran para reducir los niveles de aditivos que se usan en los alimentos. Entonces, la cantidad máxima se fijó en 150 mg/kg. Aunque añadieron algunas excepciones, ahí está la limitación generalizada.
Sea como fuere, la alimentación ecológica y biológica es mucho más natural y sana. El exceso de procesado de los productos supone verdaderos problemas para la salud humana. Por abaratar costes, se han puesto en marcha medidas realmente lesivas. De ahí que eventos como L’Ecogra sean necesarios para concienciar al público de un consumo más responsable y equilibrado.
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