Quizás hayas oído hablar de ellos, pero, ¿sabes lo que son realmente?. A continuación, te explicamos pormenorizadamente qué son los impuestos ecológicos y a qué están destinados.
La Unión Europea lleva tiempo luchando por evitar los efectos del cambio climático, o al menos mitigarlos. Para lograrlo, está promoviendo el uso de los recursos de modo sostenible, apostando por sistemas de transporte y energéticos más limpios y eficientes. Por este motivo han sido creados diversos tributos medioambientales que afectan a la contaminación.
Qué son los impuestos ecológicos exactamente
La Agencia Internacional de la Energía (IEA), el Eurostat, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la Comisión Europea y demás organismos oficiales internacionales los definen de la siguiente manera: «Los impuestos ambientales son aquellos cuya base imponible consiste en una unidad física (o similar) de algún material que tiene un impacto negativo, comprobado y específico, sobre el medio ambiente».
Entonces, según esta definición, ¿qué es lo que tributa por este impuesto? Vamos a descubrirlo a continuación.
Hechos gravados por los impuestos ecológicos
- Emisiones de monóxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno producidas por los vehículos.
- Emisiones de dióxido de azufre (SO2) por combustión de petróleo, diésel, carbón o gas natural.
- Emisiones producidas por sustancias que provocan la reducción de la capa de ozono.
- Gestión de residuos.
- Recogida y tratamiento de los residuos que contaminan el agua.
- Uso y consumo de este tipo de recursos naturales:
- Bosques.
- Captación de agua.
- Extracción de materias primas (quedan excluidos el gas y el petróleo que tienen sus propios impuestos).
- Ventas e importaciones de vehículos de motor.
- Uso y matriculación de vehículos de motor.
- Ruido producido por el despegue y el aterrizaje de aviones.
- Productos energéticos.
Estos son los hechos a los que la Unión Europea aplica los denominados impuestos ecológicos para tratar de proteger el planeta.
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