También llamada ecología humana, entendemos como ecología cultural al concepto de antropología que estudia el comportamiento humano en su adaptación al medio físico.
Dicho así, parece que hablamos desde un punto de vista académico. Sin embargo, visto de forma sencilla desde el punto de vista del ejemplo, podemos referirnos a los esfuerzos realizados por nuestra cultura en clave ecológica.
La ecología cultural y su importancia en el mundo moderno
El ser humano y la naturaleza y medio ambiente, nos guste más o menos, deben formar una pareja estable y bien avenida. Por tanto, hemos de acomodar nuestra cultura a una clave ecológica que tienda al equilibrio de la actividad del hombre y la mujer en este planeta.
Así pues, nuestros rasgos culturales deben ir encaminados a algo más que mantener el sistema social. Más allá de las necesidades de grupo, también han de cumplimentar las exigencias psicogiológicas del ser humano en el medio ambiente.
Cómo se alcanza una ecología humana sostenible
Igual que cuidamos nuestro cuerpo para estar cada día más sanos, debemos hacer lo propio con el medio ambiente. Y es que, por más que físicamente estemos saludables, si el aire que respiramos no lo está, tampoco nosotros podremos alcanzar nuestro estado óptimo.
A este detalle se debe sumar una mente sana. Se decía antaño que un cerebro saludable se encontraba en un cuerpo sano. Para todo ello, el aire que respiramos también ha de ser óptimo, y esto es algo que solo se consigue con un equilibrio exquisito que procede de nuestro respeto por la naturaleza y el medioambiente.
Obviamente, encontrar el equilibrio humano es muy complejo en un mundo contaminado. El aire que respiramos es de peor calidad, el entorno se empobrece, nuestra alimentación es cada vez menos eficiente y el agua que bebemos no está en su estado óptimo.
Por todo ello, la ecología cultural o humana es cada día más importante. Necesitamos aprender a respetar la naturaleza y cuanto nos rodea, pues es parte de nosotros y de nuestro bienestar.
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