Es posible que hayas oído hablar en los últimos años de la huella ecológica. Veamos de qué se trata, por qué es importante conocerla y cómo nos puede afectar en nuestra vida sobre este planeta.
La huella ecológica es la cantidad de impacto que la actividad humana deja sobre la naturaleza de nuestro planeta. Para ello, se mide sobre la superficie que se utiliza para producir recursos, de forma que se controla el efecto de estas acciones provocado por la citada actividad.
La superficie afectada por esta huella se obtiene de la tierra productiva que usamos los seres humanos para cultivar, pastorear y urbanizar, así como los espacios marítimos utilizados para pesca y los bosques que se talan para obtener madera.
Para extraer una especie de media, se controla la cantidad de área oceánica que no se puede absorber de todas las emisiones de CO2 de carbono. Este detalle se expresa en hectáreas globales o hag.
La huella ecológica en el mundo
A través de la historia y a lo largo y ancho del mundo, la huella ecológica que deja el ser humano sobre el planeta es cada mayor. De hecho, siglos atrás, el impacto de nuestras actividades era fácilmente absorbido por la naturaleza de este mundo.
Antaño, la contaminación provocada por el individuo estaba más localizada y provocaba deterioros a nivel local. Sin embargo, la ambición actual y el desarrollo de actividades industriales globalizadas y a gran escala está forzando la resiliencia natural de la Tierra a un nivel hasta ahora nunca visto.
Hoy en día, la demanda de recursos que el ser humano pide al planeta no puede ser satisfecha en su totalidad, pues se está multiplicando a una velocidad excesiva.
De hecho, los estudios informan de que, a día de hoy, necesitaríamos nuestro mundo más la mitad de él para satisfacer la demanda. Y, de seguir en esta línea, en 2050 harían falta dos planetas y medio.
Sin duda, el ser humano se ha de centrar en limitar la huella ecológica excesiva que está dejando sobre la Tierra.
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