Una depresión atmosférica aislada en niveles altos, DANA, es una especie de embolsamiento de aire frío. Sus consecuencias inmediatas son las lluvias torrenciales, los descensos bruscos de temperatura y las fuertes rachas de viento que identifican el cambio climático en la Tierra.
Qué es la DANA y cuáles son sus implicaciones
Según la meteoróloga Isabel Zubiuarre, esta corriente en chorro está ondulándose cada día un poco más. El resultado de una mayor ondulación es la estrangulación de las masas de aire frío y la formación instantánea de gotas frías.
Generalmente, una corriente en chorro se moviliza a lo largo de varios miles de kilómetros en una franja de unos cuantos centenares de kilómetros de ancho y con un espesor de varios kilómetros.
Zubiuarre ejemplifica el movimiento de una DANA con la rotación a gran velocidad de una peonza. Esta genera a su alrededor una corriente de aire rápida, como sucedía en el planeta hasta hace unas cuantas décadas. Pero ahora, la peonza ha llegado a un ritmo en el que está perdiendo energía y comienza a tambalearse.
Las corrientes, cada vez más lentas, generadas por la peonza también cambiarán su velocidad, enlenteciéndose.
Es posible entonces que estemos ante nuevos episodios DANA y especialmente, de episodios mucho más cálidos de lo acostumbrado. La experta ha indicado que se están cumpliendo casi todas las predicciones hechas hace años y que nos dirigimos inexorablemente hacia situaciones irreversibles.
Asegura también que la región seguramente sufrirá nuevos episodios de este tipo, el planeta continúa calentándose y las reacciones naturales, como las corrientes en chorro, que lo enfrían, están debilitándose.
El formato de las principales corrientes en chorro es serpenteante y las principales y de mayor intensidad se encuentran en los polos y entre 7 y 12 kilómetros de altura, en cambio las corrientes subtropicales están más alto, entre 10 y 16 kilómetros de altura, pero son un poco más débiles.
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